Natasha: I’m a girl who believes in science and facts. Not fate. Not destiny. Or dreams that will never come true. I’m definitely not the kind of girl who meets a cute boy on a crowded New York City street and falls in love with him. Not when my family is twelve hours away from being deported to Jamaica. Falling in love with him won’t be my story.

Daniel: I’ve always been the good son, the good student, living up to my parents’ high expectations. Never the poet. Or the dreamer. But when I see her, I forget about all that. Something about Natasha makes me think that fate has something much more extraordinary in store—for both of us.

The Universe: Every moment in our lives has brought us to this single moment. A million futures lie before us. Which one will come true?

OPINIÓN

(sin spoilers)

 

Hace algún tiempo leí el anterior libro de la autora «Todo, todo» (Everything, everything) y, aunque ni fue perfecto, ni resultó ser una lectura muy amena y entretenida, así que tenía muchas ganas de leer lo siguiente de la autora. Sin embargo, este segundo libro no está al nivel de su primera publicación.

En esta ocasión nos encontramos con Natasha, una adolescente jamaicana que va a ser deportada de América ese mismo día, y Daniel, un joven koreano americano que no sabe muy bien que quiere hacer en su vida. Evidentemente, sus caminos se cruzarán y, a partir de ahí, les acompañaremos durante ese día.

Lo primero que, sin duda, llama la atención es que la narración se asume por Natasha y Daniel, pero además también hay breves capítulos desde el punto de vista de otros personajes. Estos otros personajes pueden ser algunos ciertamente relevantes, como por ejemplo el padre de Daniel, y otros con bastante menos importancia, como el conductor del autobús. Si bien este tipo de narración me parece muy original, al principio no me convencía demasiado, pero hacia el final sí que le encontré cierto sentido en relación con esta historia.

sun-is-also-a-star-process-4En cuanto a la trama, me ha gustado que la autora reflejase cómo afecta a los inmigrantes no sólo su posible deportación, como en el caso de Natasha, sino también cómo es vivir en otro país y las dificultades a las que tienen que hacer frente, también dentro de su familia. Ese aspecto, muy bien, pero luego hay algo que no he soportado: el instalove, que alcanza sus máximas dimensiones en este libro. Y como siempre me pasa, sí, me puedo creer que alguien se sienta atraído a primera vista y pueda pensar que se podría enamorar de esa persona, pero, ¿enamorarse así porque sí? Puf, irrealista total. Recordemos que nuestros protagonistas pasan un día juntos, ni siquiera entero, y de ahí pasan a pensar que saben que es el amor de su vida e imaginar a sus hijos. Cero credibilidad. Pero es que además, no sólo eso es molesto, sino que vale, una vez que ya la autora nos ha convencido de que esto es amor real, luego no tiene ningún sentido las posteriores actuaciones de los protagonistas.

Como digo, hay aspectos positivos y tiene el elemento adicional de que se lee sin ningún esfuerzo, pero los cambios de narración a veces no aportan nada y ese instalove ha conseguido que la historia me resultase totalmente irrealista, sin creerme para nada los sentimientos de los protagonistas. Es que no me los he creído ni me han hecho sentir nada de nada, me parece todo forzadísimo.

LO MEJOR: facilidad de lectura, algunos de los temas que trata.

LO PEOR: el instalove de proporciones épicas.

Puntuación: 4d954-2

¿Lo habéis leído? ¿Os ha gustado?